Pese a que es de San Juan, esta noche está dedicada a lo arcano, a la magia, lo profano y, como no podía ser de otra forma cuando hacemos nuestra una tradición, a la fiesta.
La observación del astro rey y la preocupación por que éste desapareciera poco a poco y para siempre a partir del solsticio de verano, hizo aparecer los primeros rituales de culto al fuego cuyo fin no era otro que detener el frío eterno.
Su origen, por lo tanto y aunque hoy felicitamos a todos los juanes y juanas, es pagano y se remonta a las liturgias que los celtas realizaban en esta enigmática noche ya por el año 5000 a.C. Ellos creían que elevando grandes hogueras al cielo, lograrían agradar a los dioses y sus cosechas serían ricas.., abundantes. Muy similar es hoy la pretensión de los bereberes del Norte de Marruecos que durante esta noche encenderán grandes hogueras y arrojarán a ellas hierbas medicinales para que el humo de sus llamas proteja de las plagas sus tierras cultivadas.
El levante español, tan amante de las fogatas, será hoy el escenario principal de esta noche de solsticio, pero ningún rincón de España será ajeno a la celebración: es el momento de quemar lo que no queremos para quedarnos con lo mejor y encarar el fin de semana sólo con lo bueno.
Estrellas, mar, fuego y brisa de verano. Un plan perfecto para inaugurar la estación más larga del año; ahora nos corresponde a nosotras disfrutar estos 93 días como si el Sol, en verdad, agonizara.